091025 Diferenciándome del reflejo en el espejo


Tenemos dos elementos contrapuestos, lo apolíneo como símbolo de la luz, el orden, el límite, representando la belleza, la forma, la medida y la razón; y lo dionisíaco simbolizando la realidad irracional e instintiva del ser humano, que desconoce barreras o limitaciones.

Como ejemplo aquel mundo reflejado al principio de la película Alicia en el País de las Maravillas, alejado del surrealismo y el sueño, estaría relacionado con el mundo apolíneo. Sin embargo, la actitud de Alicia en dicho mundo, en el mundo de la sociedad inglesa es, por el contrario, una actitud (1) dionisíaca;

+ Recordemos la escena del baile con su futuro prometido donde sus frases manifiestan una actitud alejada de la razón y guiada por el subconsciente.

Por otro lado, en el mundo de las maravillas donde la demencia y el desequilibrio son protagonistas  existe una clara relación con el mundo dionisíaco. Tanto por los personajes, como por las características del submundo, las acciones, las decisiones tomadas y lo que allí es permitido y considerado sensato y reflexivo. 

Entonces, como corolario (2) unos razonamientos impuestos, unas órdenes establecidas y una manera determinada y encorsetada de hacer las cosas no son causa directa de una actitud razonable y madura. Alicia, ante esa perspectiva, se inclina a defender una actitud dionisíaca.

- Un claro ejemplo sería la escena en la que Alicia acude a tomar el té con el Sombrero Loco, la Liebre de Marzo y el Lirón.

La película defiende que para llegar al conocimiento, a la madurez y al desarrollo de la mente es necesaria la experiencia, aprender de los errores (actitudes dionísiacas), adquirir voluntad y decisión para afrontar dificultades, y llevar a cabo nuestros actos razonando la sensatez de los mismos.

Estas actitudes son las que aprende Alicia en su submundo, en el País de las Maravillas, donde no precisamente reina el clima apolíneo. Experimenta, rechaza órdenes y decide por sí misma, para acabar, al final de la película, siendo un reflejo de las características humanas más propias, es decir, las apolíneas logrando así la madurez (3). 

(1) Disposición de ánimo manifestada de algún modo. 
(2) Proposición que se deduce fácilmente de lo demostrado antes.
(3) Buen juicio o prudencia, sensatez.

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