Los años ochenta fueron los años del exceso, de la imagen por la imagen, de encontrar nuevas formas de impactar por medio de la comunicación en las masas. Probablemente los primeros en entenderlo fueron los Devo con su video específicamente preparado para lanzar un tema, no como resultado de su éxito. Le siguieron los Duran Duran, Prince y Madonna que usaron el video como su sello personal, generando una expectativa en torno al lanzamiento del video mismo, además de la canción que lo movía. Sin embargo, en medio de esa construcción mediática de imágenes apareció un rostro prefabricado (Michael Jackson todavía no se había hecho "las dos cirugías"), ambiguo, desabrido. En algún sentido, fue el rostro de los años ochenta: Boy George (George O'Dowd). Su apariencia travestida fue un ícono para una época, en Costa Rica quizás significó el abordaje de temas sexuales entre jóvenes, pero en el norte era una imagen que aprovechó el ambiente de "todo es posible, no hay límites" de la década. Con una representación así de directa, Culture Club, tuvo las puertas abiertas para hacer lo que quisiera con una audiencia que estaba dispuesta al impacto. Pero frente a una imagen transgresora, había una música pop, romántica y suave, que no tenía mayores pretensiones. George O'Dowd dejó su natal Kent (Inglaterra) a finales de los años 70 para dirigirse a Londres buscando un ambiente más abierto y estimulante para terminar de desarrollar su singular sentido de la moda. Y así fue. Empezó a presentarse en varios clubes y se convirtió en una especie de punto de referencia porque imponía una tendencia romántica, como los finales felices de las películas adolescentes de la época. Estas presentaciones facilitaron una presentación con Malcolm McLaren que luego daría paso al grupo "In Praise Of Lemmings" que tuvo una vida tan corta como etérea. Sin embargo, esto permitió el contacto con el exbajista y Disc Jockey, Mikey Craig y el que fuera baterista de Clash, Jon Moss, con quienes desarrolló su estilo musical basado en lo más suave del Rithm & Blues. La formación se completó con el guitarrista Roy Hay y de ahí salió Culture Club. Aunque el éxito no fue instantáneo, sobrevivieron tanto como para lanzar "Do You Really Want To Hurt Me", que llegara a ser número uno en Inglaterra y segunda casilla en Estados Unidos en 1982. El disco debut, "Kissing To Be Clever", permitió que "I'll Tumble 4 Ya" y "Time" también se convirtieran en éxitos y se despertara una fascinación por la apariencia de George en Estados Unidos. En este terreno fértil cayó el segundo disco "Colour By Numbers" de 1983 del que salió el número uno mundial "Karma Chameleon", junto con los éxitos "It´s a Miracle" y "Miss Me Blind". El éxito conseguido hizo que la voz de George y su imagen estuvieran vigentes por casi todo 1984. Sin embargo, el hecho de que George probara la heroína y luego terminara su relación con Moss llevó a un disco que fracasó antes de salir: "Waking Up With The House On Fire" que terminó con la popularidad del grupo que era bastante alta, a pesar de "The War Song" que dentro de todo tuvo aceptación. Esto provocó que se separaran en 1987 después de "From Luxury to Heartache". Boy Geroge fue puesto en prisión por su dependencia de la droga, lo que terminó de liquidar sus posibilidades como solista, mientras que el resto de los integrantes no tuvieron una suerte diferente. No obstante quedó como legado el manejo de la imagen, temas que aún hoy se bailan con nostalgia y el éxito alcanzado en dos años por una banda atípica. En 1998 la banda se volvió a reunir para aprovechar que los 80 se volvieron a poner de moda y grabaron "I Just Wanna Be Loved" que se incluyó en el disco de la serie "VH1 Storytellers". Sin embargo, el brillo de 7 Top 10 en Inglaterra y 9 en Estados Unidos, no volvió.