Íncubus

De pronto mi cuerpo entró en una tensión incomprensible, no puedo mover ni un sólo músculo, quiero incorporarme, pero mis brazos y mis piernas no me obedecen, me encuentro totalmente inmovilizado, el miedo como incienso negro cubre la habitación y luego una angustia profunda, la más horrorosa de todas, se apodera de mi pecho como un peso que sofoca, siento, sigo como dentro de un sueño pero a la vez estoy despierto, puedo ver aún en la oscuridad los detalles de mi habitación y puedo escuchar el tic tac del reloj que se confunde con los vividos latidos de mi corazón, empiezo a desesperarme, no puedo respirar bien, me ahogo e intento gritar pero todo se queda en inaudibles intentos, me rehuso a morir, lucho por moverme con todas mis fuerzas pero no consigo más que agitar ligeramente los dedos, no puedo tranquilizarme, es en vano. Una gran bocanada de aire me libera por fin de esa pesadilla y ahora que por fin salgo de ella lo recuerdo todo perfectamente, como algo que ha sucedido en la realidad, me quedo temblando y tengo miedo que me vuelva a ocurrir si me duermo otra vez.

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