Tenemos
dos elementos contrapuestos, lo apolíneo como símbolo de la luz, el orden, el límite, representando la
belleza, la forma, la medida y la razón; y lo dionisíaco simbolizando la realidad irracional e instintiva
del ser humano, que desconoce barreras o limitaciones.
Como
ejemplo aquel mundo reflejado al principio de la película Alicia en el País
de las Maravillas, alejado del surrealismo y el sueño, estaría relacionado
con el mundo apolíneo. Sin embargo, la actitud de Alicia en
dicho mundo, en el mundo de la sociedad inglesa es, por el contrario, una actitud (1) dionisíaca;
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Recordemos la escena del baile con su futuro prometido donde sus frases
manifiestan una actitud alejada de la razón y guiada por el subconsciente.
Por
otro lado, en el mundo de las maravillas donde la demencia y el desequilibrio
son protagonistas existe una clara relación con el mundo dionisíaco.
Tanto por los personajes, como por las características del submundo, las
acciones, las decisiones tomadas y lo que allí es permitido y considerado
sensato y reflexivo.
Entonces, como corolario (2) unos razonamientos impuestos, unas órdenes establecidas
y una manera determinada y encorsetada de hacer las cosas no son causa directa
de una actitud razonable y madura. Alicia, ante esa perspectiva, se inclina a
defender una actitud dionisíaca.
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Un claro ejemplo sería la escena en la que Alicia acude a tomar el té con el Sombrero Loco, la
Liebre de Marzo y el Lirón.
La
película defiende que para llegar al conocimiento, a la madurez y al desarrollo
de la mente es necesaria la experiencia, aprender de los errores (actitudes
dionísiacas), adquirir voluntad y decisión para afrontar dificultades, y llevar
a cabo nuestros actos razonando la sensatez de los mismos.
Estas actitudes son las que aprende Alicia en su submundo, en
el País de las Maravillas, donde no precisamente reina el clima apolíneo.
Experimenta, rechaza órdenes y decide por sí misma, para acabar, al final de la
película, siendo un reflejo de las características humanas más propias, es
decir, las apolíneas logrando así la madurez (3).
(1) Disposición de ánimo manifestada de algún modo.
(2) Proposición que se deduce fácilmente de lo demostrado antes.
(3) Buen juicio o prudencia, sensatez.
(1) Disposición de ánimo manifestada de algún modo.
(2) Proposición que se deduce fácilmente de lo demostrado antes.
(3) Buen juicio o prudencia, sensatez.
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