Otra vez al mar.
Nuestros puntos cardinales de agua.
Agua salada y azul.
Dos ligeros rayos vuelan sobre las olas.
El mar los engulle,
y ellos planean sobre ese agua salada y azul.
Ondas, ondas, ondas.
Rizando el agua.
El agua salada y azul.
Un niño pintó una casa.
Otra vez la niña dibujó la ciudad.
Ahora, atormentado por la redondez del mar en torno,
un niño sólo ve olas.
Olas. Olas. Olas.
A punto de desaparecer,
los barcos, ilesos en la inmensidad, bordean el abismo.
siempre fijos sobre las olas.
Entretanto, nuestro niño a deriva
duerme con sus lápices y su brújula,
brújula que sólo tiene agua salada y azul.
Nuestros puntos cardinales de agua.
Agua salada y azul.
Dos ligeros rayos vuelan sobre las olas.
El mar los engulle,
y ellos planean sobre ese agua salada y azul.
Ondas, ondas, ondas.
Rizando el agua.
El agua salada y azul.
Un niño pintó una casa.
Otra vez la niña dibujó la ciudad.
Ahora, atormentado por la redondez del mar en torno,
un niño sólo ve olas.
Olas. Olas. Olas.
A punto de desaparecer,
los barcos, ilesos en la inmensidad, bordean el abismo.
siempre fijos sobre las olas.
Entretanto, nuestro niño a deriva
duerme con sus lápices y su brújula,
brújula que sólo tiene agua salada y azul.
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