
Cuando llegamos a otro entorno cultural, podemos ver como normales comportamientos distintos al nuestro e incluso estamos dispuestos a variar nuestro propio comportamiento y a tomar por buena la imagen parecida pero no igual que ofrece el espejo de nosotros. Pero de igual forma en este proceso, nosotros aun seguimos estando a este lado del espejo.
El verdadero reto esta en atreverse a dar el salto, a cambiar nuestra perspectiva e intentar ver nuestra realidad desde el otro lado del espejo para luego analizar desde esa nueva posición nuestros valores y la forma en que percibimos las diversas situaciones. Creo que así podremos ver no sólo como creemos ser sino como somos realmente. Solamente viéndonos con los ojos del otro podemos comprender mejor cómo somos en realidad, nuestro verdadero yo.
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