Resignación

- ¿No se amigo, estás seguro que quieres eso para ti?

- Sí

- Pero... no sé, no creo que seas así, siempre hay algo que hacer, siempre debes buscar lo que te gusta y ser feliz haciendo lo que realmente deseas, ¿no?, yo estoy contento con lo que hago ahora a pesar que no estoy bajo las mínimas condiciones de comodidad, yo por ejemplo no se donde terminare, no se que haré después de estar aquí, por mi volver a mi tierra y hacer algo por allá.

- A cierta edad uno deja de lado esas cosas, esas indecisiones uno debe de decidirse, ya estamos en edad de ver nuestro futuro seguro, sabiendo que lo que hacemos probablemente no sea lo que nos gusta.

- Pero...

- ¿Acaso crees que no me gustaría seguir creyendo que la vida es tan facil? ¿que no soy el primero en querer creer que tengo que vivir como quisiera?... mierda, ahora me acuesto cada puta noche pensando y me despierto pensando y tengo miedo, ya es hora de definirme...

Un silencio incómodo y tenso se levantó entre los dos, roto para continuar:

- ... hay días en los que no puedo dormir bien aveces me doy cuenta de no tengo absolutamente nada sobre que decidir.

- No entiendo, entonces, ¿qué se hace?

- Nada... joderme y resignarme, seguir con esta vida en la que estoy

- No tienes miedo a vivir eternamente con la sensación de que tu auténtica vida esta inmaculada, mientras permaneces en el lado equivocado, mientras por el rabillo del ojo vez lo que debería haber sido en realidad, eso suena a resignación...

- Resignación amigo, resignación, así es, llega un momento en que no hay nada más que se pueda hacer.

Nos despedimos, sorprendido y por un momento sentado en el suelo y en la soledad me cuestione si realmente era hora de resignarme y hacer algo me guste o no, y me di cuenta: mierda, yo no puedo resignarme, simplemente no soy así.

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