En ese momento me desperté de mi sueño. Caminando, ya no sentía esa
libertad, ni esa felicidad, pero me embargaba una profunda soledad, fue en ese
instante cuando pensé: de que me sirve la libertad si no la disfruto
contigo, de que me valen todos los triunfos si no estás tú para compartirlos, de
que me sirven las alegrías si no estás a mi lado para celebrarlas, de que me
sirve despertarme todas las mañanas, trabajar y esforzarme, para luego salir y
volver a casa como hoy, con bolsas llenas de cosas y bolsillos llenos de tarjetas
pero también con la tristeza y la soledad de saber que no hay nadie que me
espere ahí, de que me sirve ser feliz, si no puedo serlo contigo... no significa
que la felicidad dependa de otra persona solamente significa que no podríamos
ser felices si estamos solos, es mi realidad, a veces me siento como en una
isla.
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