No conocía mucho de ella, pero viendo una película se me despertó la curiosidad, Frida Kahlo (1907-1954), una de las personalidades más fascinantes en el mundo del arte del siglo XX y una figura muy controversial, un accidente de tráfico le cambiaría la vida para siempre, convirtiéndose en su tema constante, el sufrimiento, la identidad mexicana y la búsqueda de la esencia humana fuera de la cotidianeidad. Ella misma une en si dos perspectivas, el origen indígena (su madre es de Oaxaca) y europeo (su padre, de ascendencia alemana), con resultados a veces sorprendentes.
Hay una imagen en la película que llamo en especial mi atención, la representación de un cuadro del que investigando casi obviamente me entere del nombre, Las dos Fridas (1939), en el cual Frida se representa como dos personas distintas pero iguales, a primera impresión se ve a la Frida cosmopolita y a la tradicional, la fuerte y la débil, la sufrida y la dolida, como si ella misma se haya dividido en dos.
El gustito en esta pintura esta tal ves en su interpretación , en sus dos lados, en lo que estaba pasando en ese momento, y hay repuesta de esto, ya que algunos se basan en el momento que vivía Frida para analizar este cuadro, así se dice que fue creado durante el divorcio de la pintora de esposo, Diego Rivera y que este revela el trauma de la separación, también está la teoría de que su otra Frida es la representación de una amiga imaginaria que tenía durante la infancia, a quien recurría para desahogar sus miedos y dolores, pero personalmente creo que este cuadro simboliza todo su mundo.
Todo un universo en un instante, una identidad, que nos permite ser personas autónomas, con deseos y voluntades propios, que también es la causa de nuestra complejidad y conflictos, resultando siempre dos ideas opuestas, dos sentimientos, dos creencias, etc. Cuando esto ocurre entre dos personas y no se puede llegar a un acuerdo siempre está la mejor opción que es la retirada y se acabó el problema. Lo interesante es cuando este conflicto se presenta dentro de uno mismo, uno no puede mandarse a si mismo bien lejos aunque lo deseemos con todo nuestro ser y comienza una batalla interna por la incapacidad de llegar al equilibrio: o es bueno o es malo, o es correcto o es incorrecto, o es negro o es blanco, o es feo o es bello, o es masculino o es femenino; y así nos la pasamos, tratando de estar en un extremo o en el otro, pero nunca nos damos la oportunidad de totalizar, de entender que ambas cosas son un todo y ese todo es uno mismo.
Uno partidos en dos, eso es lo que pudo pasar con la identidad de Frida, dos Fridas sentadas en un banco una al lado de la otra. Una, la más vulnerable, la Frida vestida de manera europea y la otra la imagen que quería o debía transmitir al mundo, una artista impactante, una mujer de convicciones, rebelde, bien mexicana con vestido y bigote, una mujer que a pesar de siempre padecer los más fuertes dolores, parecía vital y energética adonde fuera, que incluso le da vida y fuerza a su mitad europea.
Las manos de ambas están puestas una sobre otra para mostrar que están relacionadas, esta importante conexión que muestra que las dos Fridas representan dos personalidades del mismo individuo porque la pintura es una expresión de las emociones internas de esa persona. Las dos tienen corazones afuera de los cuerpos que sugieren que ella no puede controlar sus emociones y todo el mundo puede verlas. Los dos corazones tienen la misma vena y la Frida en el vestido blanco, tiene un corazón herido y tijeras en las manos que cortan el flujo de sangre, cortando todo vínculo con su amor, mientras que la otra sostiene en su mano un retrato de Diego alimentado por una vena, como si hubiera también un vínculo sanguíneo hacia él.
Esta autodestrucción es la consecuencia de la guerra interna que sufre Frida porque no puede encontrar su equilibrio o su personalidad verdadera. Además, el fondo es gris para simbolizar la tristeza, hay nubes de tormenta en el fondo que representan la violencia, la lucha interior de Frida. Metafóricamente, el resultado de esta violencia entre las dos Fridas es la causa de la tormenta y de la tristeza de ambas. Creo que Frida Kahlo pudo entenderlo todo, personificando su crisis emocional en su pintura y logró juntar el yo y su otro yo, dándole vida a su cuadro más conocido, y en mi humilde opinión el mejor; magnífico, enigmático, introspectivo y emotivo como ella misma.
Hay una imagen en la película que llamo en especial mi atención, la representación de un cuadro del que investigando casi obviamente me entere del nombre, Las dos Fridas (1939), en el cual Frida se representa como dos personas distintas pero iguales, a primera impresión se ve a la Frida cosmopolita y a la tradicional, la fuerte y la débil, la sufrida y la dolida, como si ella misma se haya dividido en dos.
El gustito en esta pintura esta tal ves en su interpretación , en sus dos lados, en lo que estaba pasando en ese momento, y hay repuesta de esto, ya que algunos se basan en el momento que vivía Frida para analizar este cuadro, así se dice que fue creado durante el divorcio de la pintora de esposo, Diego Rivera y que este revela el trauma de la separación, también está la teoría de que su otra Frida es la representación de una amiga imaginaria que tenía durante la infancia, a quien recurría para desahogar sus miedos y dolores, pero personalmente creo que este cuadro simboliza todo su mundo.
Todo un universo en un instante, una identidad, que nos permite ser personas autónomas, con deseos y voluntades propios, que también es la causa de nuestra complejidad y conflictos, resultando siempre dos ideas opuestas, dos sentimientos, dos creencias, etc. Cuando esto ocurre entre dos personas y no se puede llegar a un acuerdo siempre está la mejor opción que es la retirada y se acabó el problema. Lo interesante es cuando este conflicto se presenta dentro de uno mismo, uno no puede mandarse a si mismo bien lejos aunque lo deseemos con todo nuestro ser y comienza una batalla interna por la incapacidad de llegar al equilibrio: o es bueno o es malo, o es correcto o es incorrecto, o es negro o es blanco, o es feo o es bello, o es masculino o es femenino; y así nos la pasamos, tratando de estar en un extremo o en el otro, pero nunca nos damos la oportunidad de totalizar, de entender que ambas cosas son un todo y ese todo es uno mismo.
Uno partidos en dos, eso es lo que pudo pasar con la identidad de Frida, dos Fridas sentadas en un banco una al lado de la otra. Una, la más vulnerable, la Frida vestida de manera europea y la otra la imagen que quería o debía transmitir al mundo, una artista impactante, una mujer de convicciones, rebelde, bien mexicana con vestido y bigote, una mujer que a pesar de siempre padecer los más fuertes dolores, parecía vital y energética adonde fuera, que incluso le da vida y fuerza a su mitad europea.
Las manos de ambas están puestas una sobre otra para mostrar que están relacionadas, esta importante conexión que muestra que las dos Fridas representan dos personalidades del mismo individuo porque la pintura es una expresión de las emociones internas de esa persona. Las dos tienen corazones afuera de los cuerpos que sugieren que ella no puede controlar sus emociones y todo el mundo puede verlas. Los dos corazones tienen la misma vena y la Frida en el vestido blanco, tiene un corazón herido y tijeras en las manos que cortan el flujo de sangre, cortando todo vínculo con su amor, mientras que la otra sostiene en su mano un retrato de Diego alimentado por una vena, como si hubiera también un vínculo sanguíneo hacia él.
Esta autodestrucción es la consecuencia de la guerra interna que sufre Frida porque no puede encontrar su equilibrio o su personalidad verdadera. Además, el fondo es gris para simbolizar la tristeza, hay nubes de tormenta en el fondo que representan la violencia, la lucha interior de Frida. Metafóricamente, el resultado de esta violencia entre las dos Fridas es la causa de la tormenta y de la tristeza de ambas. Creo que Frida Kahlo pudo entenderlo todo, personificando su crisis emocional en su pintura y logró juntar el yo y su otro yo, dándole vida a su cuadro más conocido, y en mi humilde opinión el mejor; magnífico, enigmático, introspectivo y emotivo como ella misma.
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